Monday, July 12, 2004

Tres mensistas y una cuenta que pagar

Ayer estuve en Roma (ciudad bastante bonita pero en ruinas y un poco descuidada) y quedé con un par de mensistas (¡Hola, Cristina!¡Hola, Manu!) y nos fuimos a comer (como no, a una pizzeria-restaurante-pub-cafetería-todoloquetepuedasimaginar).

Comimos:
Cristina (las damas primero): Comida: Lasagna. Bebida: Coca-Cola.
Manué (al que soporta Cris [es coña, Manu]): Comida: Pizza de Salmón. Bebida: Coca-Cola también.
Serabe (un servidor): Comida: Pizza de atún y cebolla. Bebida: Sprite (a falta de Fanta Limón bueno es Sprite).
Postres (pa' los tres): Tiramisú y Pana Cotta.
Por ultimo una botellita de agua (de 0.92 l, cacho de ladrones, timadores e hijos de puta por lo que contaré a continuación).

Como no, toda comida en restaurante va acompañado de la dolorosa. Nos llega (al alma): 42 euros. Empezamos a revisar (sobre todo gracias a Cris, a la que también tengo que agradecer el ayudarme a tomar un par de decisiones importantísimas para UE [un español, para bien o para mal]).

Ahí aprendimos conceptos nuevos de matemáticas, como que 3+3=8 y que lo que me he equivocado al cobrarte te lo meto como servicio, pero no adelantemos acontecimientos.

Primero hicimos saber a la camarera de que 3+3=6, lo cual aceptó, pero cuando volvimos a avisar el dueño (o lo que parecía ser el dueño), gritando, me hizo entrar (ya que de los tres, el único que chapurreaba italiano era yo). Me empieza a contar milongas, de que si él es el que pone los precios, que si patatín o patatán. Total, salgo a informar a Cris y Manu de que tenemos que llamar a los Carabinieri. Como no sabíamos el numero y como pa' chulo, chulo: mi pirulo; ni corto ni perezoso se lo pregunté a los que estaban sentados al lado (pa' chulo, yo; como ya he dicho antes).

Al final todo se solucionó pacíficamente (por decir algo, porque el señor se dedicó a gritarnos durante todo el tiempo). Pagamos tan solo 36.50 (aunque no es poco) y el señor se despidió no sé si deseándonos un feliz viaje de vuelta o simplemente deseándonos un viaje de vuelta.

Por cierto, para que no os pase lo mismo, el local se llamaba "Al Pao" y esta en el barrio del Trastevere.

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